El que tenga sed, que venga a mí y beba el que cree en mí; como dice la Escritura: 'de sus entrañas manarán ríos de agua viva'. Dijo esto refiriéndose al Espíritu que habían de recibir los que creyeran en él» (Jn 7, 37-39) «... el que beba del agua que yo le daré nunca más tendrá sed: el agua que yo le daré se convertirá dentro de él en un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna» (Jn 4,14)